Si has leído algún otro artículo de nuestro blog, ya sabrás que pensamos que cualquier excusa es buena para probar un vino y llevárselo a la boca. Es en esa parte, en la de sentir un vino en la boca, en la que queremos centrarnos hoy, hablando sobre los sabores del vino. Y es que el sabor, es junto al olfato, los dos principales sentidos que despertamos a la hora de disfrutar de un buen vino.

Pues bien, resulta que el ser humano es capaz de distinguir 4 sabores básicos en su boca y, gracias a ellos, podemos definir un vino por su sabor

Sabores básicos del vino

Sabores del vino

Dulce

Se trata del primer sabor que percibimos en la boca, puesto que lo sentimos directamente en la punta de la lengua. Al ser la uva una fruta que contiene gran cantidad de azucares, es un sabor que siempre encontraremos, en mayor o menor medida, en un vino. Cuanto menos azúcar tenga el vino, más seco le definiremos, pero incluso en estos, sentiremos los aromas dulces.

Normalmente en una cata nos van a explicar los detalles del vino que vamos a probar de forma breve. Si la cata la estamos haciendo en casa solos o en un restaurante, vamos a fijarnos de qué zona es el vino, con qué uva está elaborado, si tiene o no crianza u otros detalles que nos digan qué vino tenemos delante. Si la cata es dirigida, esto nos lo contará el sumiller. En este momento se suelen dar bonitos detalles sobre el vino y su forma de elaboración, que, sin duda, nos van a predisponer a su cata.

Ácido

Sería imposible entender un vino sin acidez, por lo tanto, este sabor es uno de los que más predominan a la hora de beber un sorbo de vino. Se trata de un sabor que se identifica en los sabores de la lengua y es fácil identificarlo.

La gran mayoría de vinos tienen presencia de este sabor, independientemente de que sean tintos, blancos o rosados, de hecho, a los vinos sin acidez se les llama vinos muertos o apagados.

Es la acidez la que nos da la sensación de frescura que tanto nos atrae del vino y que nos ayuda a potenciar los alimentos con los que estamos maridando. Aquí te contamos como maridar bien un vino.

Las notas acidas pueden provenir de la propia uva:

  • Cítrico
  • Málico
  • Tartárico

O de la fermentación:

  • Acético
  • Láctico
  • Succínico

Salado

El sabor salado lo sentimos en la parte más central de la lengua y, aunque es difícil de percibir por los paladares poco acostumbrados, sobresale frente al resto porque es el que más persiste.

Depende mucho la salinidad del vino de la zona donde esté se a producido y, más concretamente, de los suelos donde se cultiva su uva, ya que son las sales minerales la que provocan esa sensación salada en boca.

Amargo

Este sabor lo localizamos en la parte más trasera de la lengua, casi donde empieza la garganta.

Son los taninos incorporados al vino los que producen esta sensación, junto con las pieles y los raspones. Ya te contamos anteriormente las partes de una uva.

A la hora de maridar, estos sabores se complementan con sabores intensos (como puede ser la carne o sabores ahumados).

Los sabores del vino en la lengua

¿A qué debe saber el vino?​

Es normal que, dependiendo del vino, uno de los sabores que hemos comentado anteriormente predomine frente al resto, pero es cuando todos ellos se encuentran presentes cuando hablamos de un vino equilibrado, un vino con armonía.

Otro punto a tener muy en cuenta para encontrar los sabores que transmite cada vino, es la temperatura a la que lo servimos, ya que servir vinos a una temperatura incorrecta, puede provocar que un sabor predomine por encima del resto y que la sensación no sea tan completa para nuestro paladar.

Pero, sobre todo, como te hemos comentado en otros artículos, lo importante es confiar en tu propio criterio a la hora de analizar un vino y a la hora de decidir si un vino te gusta más o menos.