El mundo del vino está lleno de matices, de conceptos y sabores. Para llegar a ser un entendido en vino, hay que ir conociendo y familiarizándose con los términos. No es fácil, ya que, como decimos, es un campo amplio. Pero nos hemos propuesto ayudarte en esto de saber más sobre el vino y por eso hoy te explicamos lo que es un vino complejo.

La capacidad del vino de autopoetizarse

Qué es un vino complejo

Para entender qué es un vino complejo, hay que saber que en el mundo del vino gusta la poesía. Esa capacidad de convertir todo lo que rodea al vino en literatura, al final termina alejando el disfrute con el público general. Por qué decimos esto es fácil, la definición de vino complejo es un vino con muchos matices. Esos matices podemos apreciarlos en la cata del mismo, normalmente van a estar en el aroma, pero también en los sabores del vino. También es importante, como maridar el vino, como te contamos aquí.

¿A qué nos referimos con matices?​

Seguro que alguna vez te ha pasado que al poner la nariz sobre la copa, te llega un recuerdo frutal. Más tarde, cuando remueves el vino y vuelves a posar la nariz, notas unos tonos de vainilla. Si dejas pasar unos segundos y vuelves a oler, esos tonos avainillados se convierten en tostados, ahumados o incluso huele como la panadería de tu pueblo cuando pasabas junto a la puerta. Esos son los matices de un vino complejo. Las notas en los aromas que nos hablan de cómo se ha elaborado ese vino y de los elementos que forman parte de él. Pura magia.

¿Qué características tiene un vino complejo?​

Además de contar con muchos matices en aromas, un vino complejo es amplio en boca. Esta expresión se refiere a que cuando probamos el vino, lo sentimos en toda la boca, ya que estimula todas las papilas gustativas. Hay vinos que pican en el paladar y se nos incrustan en la zona interna de las mejillas. Vinos que al atravesar la garganta dejan un poso diferente que el que nos queda en la lengua. Un vino complejo se siente en toda la boca y son los que no son necesarios tragar para darnos cuenta que son grandes vinos.

Además, un vino complejo tiende a sorprendernos. Cuando uno es dado a la cata y ha probado numerosos vinos, dependiendo de las características de los mismos al abrirlos se sabe lo que se va a encontrar. Después de catar muchos tempranillos jóvenes, es difícil que nos sorprenda uno, ya sabemos si nos va a gustar o si no por el tipo de uva o la crianza que tenga el vino, incluso de la región. Esto es un elemento diferenciador de los vinos complejos, su capacidad para no darnos lo que esperamos y hacernos sentir una sensación en boca sorprendente.

¿Cómo se elaboran los vinos complejos?​

Como siempre os decimos, no hay que dejarse llevar por las apariencias. Puede haber vinos complejos de todo tipo, pero normalmente el vino complejo tiene crianza. Es de lógica, ya que la crianza va a aportar matices diferentes en los aromas, como la madera, los tostados o los avainillados. No es necesario que un vino tenga mucha crianza para convertirse en un vino complejo sino que esa crianza sea efectiva(Te recordamos la diferencia entre un vino crianza y uno reserva en este artículo)  En nuestra bodega, tenemos un ejemplo de vino complejo que es doblemente sorprendente por su naturaleza, que es NOC blanco. Este vino cuenta únicamente con cinco meses de crianza en barrica de roble francés, pero al estar elaborado con uva Chardonnay el resultado es increíble.

Los matices en aromas con los que cuenta NOC blanco son impresionantes por tratarse precisamente de un vino Chardonnay. Se puede reconocer la bollería, el tostado y la madera en un equilibrio fino con los aromas frutales, que convierten este vino en una experiencia compleja y única. Si no has probado Bucamel blanco, tienes la oportunidad perfecta para saber qué es un vino complejo en un solo trago. ¡Anímate!